Las infraestructuras de TI modernas deben ser flexibles y estar en todas partes, desde el centro de datos, la nube, el borde y cualquier combinación necesaria, afirma Aruba.

Conforme las organizaciones profundizan en su transformación digital para optimizar sus operaciones y hacer eficientes sus interacciones y colaboración, con el fin de competir adecuadamente en el complejo entorno de los negocios de la actualidad, se evidencia en muchos casos una brecha tecnológica que indica que la infraestructura no está preparada para enfrentar los retos de corto, mediano y largo plazo.

Esto es sinónimo de que muchas de las expectativas de los usuarios de la infraestructura o clientes finales no se podrán satisfacer: agilidad, simplicidad y servicio son expectativas que se ponen en riesgo a causa de estas brechas.

Tan solo en el borde, la internet de las cosas (IoT) y la movilidad de la fuerza de trabajo están impulsando un aumento exponencial en la cantidad de dispositivos que se conectan a las redes corporativas. Los datos, en consecuencia, también están creciendo y se están diversificando: se estima que cada día se produce la inmensa cantidad de 2,5 exabytes de datos, sean videos, publicaciones, correos electrónicos, información de sensores y un sinfín de otros tipos provenientes de la enorme gama de dispositivos existente, circulando entre nubes, centros de datos y en el borde.

De acuerdo con Gartner, las infraestructuras de TI están evolucionando de aquellas basadas en una ubicación on-premises, a unas lo suficientemente flexibles para responder lo más rápido posible ante los cambios. Se trata de crear la “infraestructura que está en todas partes”: en el centro de datos, en la nube, en el borde o en alguna combinación de estas.

El problema es que, a medida que se migra a las nuevas infraestructuras, mucho del proceso no se está haciendo de la mejor manera. Puede ocurrir que el edge computing y el almacenamiento en silos se estén conectando mediante arquitecturas de red inconexas, con modelos operativos que dificultan la gestión centralizada, la orquestación, la seguridad y la visibilidad. No cabe duda de que las redes deben rediseñarse y reinventarse, y el 2023 será el año en que esto tenga lugar.

Ahora el enfoque debe estar en el borde, habilitado para la nube y basado en datos, con la intención de brindar una experiencia en la nube para cualquier tipo de entorno, con simplicidad, velocidad y seguridad embebida en modelos de consumo flexibles. Es preciso que las organizaciones implementen soluciones que habiliten la nueva generación de centros de datos “del borde a la nube” (Edge-to-Cloud).

Al estar construido sobre principios nativos de nube, el portafolio de switches Aruba CX brinda al área de TI la flexibilidad para implementar un solo sistema operativo de switch desde el acceso en el borde hasta el centro de datos. De esta forma, es posible soportar herramientas de administración intuitivas, automatización inteligente, analítica, telemetría y seguridad distribuida, que son pilares cruciales para proveer la mejor experiencia a administradores de TI y, en consecuencia, a los usuarios.

Este 2023, la innovación, el progreso y el pensamiento disruptivo continuarán impulsando la evolución de los modelos operativos y de implementación hacia nuevas arquitecturas del borde a la nube, donde los centros de datos interconectados impulsarán las aplicaciones de próxima generación y ayudarán a optimizar los resultados de negocio.